Un día vi un anuncio de un cosmético en el cual salían unas muñecas de las que me quedé perdidamente enamorada. No hacía otra cosa que buscar información sobre estas preciosidades y como conseguir una. Descubrí que en Barcelona había una pequeña tienda en el Born que las vendían. Mi marido vió como me estaba obsesionando poco a poco. Y un día, sin sospechar nada, me regaló mi primera blythe. No me lo podía ni creer.
Osti tú, una nueva blogera, MUCHAS FELICIDADES!!!
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