domingo, 12 de mayo de 2013

MELANOMA

Qué ganas de que empiece el veranito, en estos días ya podemos notar el sol como nos empieza a calentar nuestra piel, qué gustito da después del largo y frío invierno, porque mira que se hace laaaargo!

Qué ganas de ir a la playa a tostarnos y ponernos morenazos, porque mira que sienta bien el estar morenitos, qué guapos que estamos todos.


Pero todo esto es lo que toda tu vida has pensado y de repente todo cambia.

Cuando un médico te dice que tienes un MELANOMA, con letras mayúsculas, todo te empieza a dar vueltas y en lo primero que piensas es que te vas a morir y que tu niña chiquitita se va a quedar sin su madre, y aunque seguidamente te explica que dentro de lo malo, lo bueno es que no es maligno, pero te quedas con la palabra MELANOMA, ya no escuchas nada más, solo piensas en que seguro que se equivoca. Y no es maligno porque está en una fase Insitu, que quiere decir que no ha atravesado la epidermis, si fuese así, ya tienes metástasis, a mi solo me quedaban 2 mm para atravesar la epidermis. Todo esto lo viví hace un año y medio. Ahora cada seis meses a revisión.

Me encanta tostarme al sol y aunque desde hace unos años, antes de diagnosticarme el melanoma, ya había tomado consciencia sobre el tema y tomaba el sol con bastante protección, ya era tarde. La piel tiene memoria y por lo que se ve la mía mucho. Se acordaba de las locuras que he hecho durante toda mi vida por estar morena, y locuras lo digo ahora porque entonces era lo más normal del mundo. Tomar el sol sin protección solar, usar aceites que me requemaban la piel y pasarme horas y horas en la playa. Y todo esto hay que evitarlo.

Ahora llega el veranito, y sí, tengo ganas de sol y de playa. Tengo que tomar el sol con moderación, sin pasarme, a primeras horas o a últimas, con protección 50. Lo mejor sería que no volviese a tomar el sol en la vida, pero con lo que me gusta el sol, el veranito y la playa va a ser que no. Solo tengo que tener consciencia y tener claro que el sol en exceso puede llegar a matar.

Y si no me pongo morena, pues a recurrir a los autobronceadores que hoy en día los hay que te dejan un bronceado fantástico y no perjudicial para la piel, según mi dermatóloga.

Y todo esto lo cuento para que toméis nota. Mucha gente, amigos, conocidos y sobre todo mi familia,  cuando se enteraron de lo que me pasaba fueron al dermatólogo a revisarse los lunares. Esto os lo recomiendo a todo el mundo, nunca se sabe! y sobre todo PRECAUCIÓN CON EL SOL

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