Hoy he ido a comer a un restaurante Japonés-Vietnamita y después de la comilona y del postre, como no, he pedido un Té para relajar un poco el estómago. De entre todos los que me han dado a elegir, he escogido el Té de la Belleza, a base de flores de las que destacaban unas rositas pequeñitas que me eran familiares ya que no era la primera vez que las veía.
Hace unos años mi hermana me regaló unas rositas pequeñitas como decoración, al cabo de un tiempo, en un viaje a Marrakech, ví que las vendían para hacer infusiones y hoy me las he vuelto a encontrar en mi Té de la Belleza.
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