martes, 9 de agosto de 2011

AUDREY CAPRICHO


Es que no lo he podido evitar, veo a Audry y allí que voy,  pensé si comprarlo o no, en realidad no sabía bien bien para qué servía



Pero cuando abrí la cajita, es evidente no, es un cenicero portatil, pues me hizo gracia que la dependienta me preguntara cuando fuí a pagarle que para qué servía. Y para qué quiero yo un cenicero si no fumo. Es igual, no me pude resistir y lo compré. Son cosas de esas que compras por un capricho y ya está.

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